3. NOCHE DE CINE Y PALOMITAS DULCES

CAPÍTULO 3
- NOCHE DE CINE Y PALOMITAS DULCES-



El domingo de la semana pasada después de cenar, 18:30h horario holandés, aburridos y sin ningún plan organizado con toda la noche por delante decidimos ir al cine para cambiar un poco. Una de las ventajas de holanda es que puedes disfrutarlo como cualquier otro ciudadano ya que, gracias a dios, las películas están en versión original. Digo gracias a dios porque aún no estoy preparada para organizar un suicidio programado e ir a ver una película en Holandés de dos horas. Por eso nos decantamos, obviamente, por una en inglés. 



Como buenos modernos compramos las entradas por anticipado para no tener que hacer cola y así coger un sitio bien posicionado en el centro de la sala. Ya ves tú que colas pueden haber un domingo a las 21:30h de la noche, más bien pensábamos que estaríamos solos. La sala no era muy grande y los mejores sitios ya estaban cogidos para cuando compramos las entradas. Por lo que decidimos coger unos por la parte de arriba a distancia de 2 sillones ya comprados para estar más cómodos. 



Es gracioso pero en un año y pico de relación nunca habíamos ido al cine antes y estábamos emocionados. Íbamos de muy buen rollo y desprendíamos un aura de romance que podría resultar un poco digamos: EMPALAGOSOOOS. Pero ya se sabe, las primeras veces todo es especial así que nos daba igual. Después de ir cantando todo el camino inventándonos las canciones por fin llegamos. No está muy lejos de nuestra casa pero es indispensable ir en coche porque está construido en el medio de una especie de polígono industrial al lado de la autopista sin nada en los alrededores, pero cuando digo nada es nada literal, y da un poco de mal rollo. A parte, no sé porqué razón las luces de las farolas eran de una tez lilosa sospechosa y para más inri ese día había llovido, estaba todo muy oscuro y había un poco de niebla que remataba la escena. Perfecto entorno para entrar en situación cuando vas a ver una peli de terror. Menos mal que tengo a mi guardaespaldas autóctono de 2m de alto, que te hace sentir más segura cuando eres una cagada nivel 10. 

El cine en sí es una pasada. Cuando llegas te encuentras con una estructura que se nota que es bastante nueva y enorme de color rojo que puede recordar a un teatro. En la entrada había una alfombra roja, a conjunto, que te hacía sentir cual celebrity en un preestreno incluso si ibas con las pintas de domingo noche, nuestro caso. Pero mis bambas doradas y mi moño tuerto no me hicieron sentir menos y me marqué mi momento estrella solo entrar para aprovechar bien la experiencia. En el interior había sillones para la espera y también, y sin mucho sentido, mesas alargadas con un montón de sillas alrededor al estilo biblioteca. Sinceramente, no quise ni preguntar. Y como no hay película sin palomitas y coca cola solo entrar fuimos directos a la zona a cargarnos bien de munición. He de confesar que siempre que voy al cine me gusta coger palomitas de colores y en Holanda no iba a ser menos así que en casa previamente ya le comenté a mi novio que no había un no por respuesta a no comprarlas. El problema es que al llegar me di cuenta de que no existen. 

Voy a pedir palomitas y veo dos contenedores del mismo color pero divididas entre: dulces y saladas. Si que es verdad que son dulces, pero honestamente no es lo mismo. Al ver mi cara de rechazo absoluto cuando las compré mi novio me las intentaba vender como lo más así que les di una oportunidad. Pero grata fue la sorpresa que ya a media película se habían acartonado y no sabían a nada. ¡Qué fraude!

Otra cosa relacionada a los productos que puedes comprar en un cine es que hoy en día ves a la gente comiendo todo tipo de snacks. Pero me hizo especial gracia, y a recalcar, una mujer que había comprado una botellita de vino blanco formato minibar y con la copa de cristal a conjunto (no vaya a ser que le sepa mal si lo bebe en una de plástico). Yo puedo entender muchas cosas en la vida pero por favor señores hay que poner unos límites. Y cuando ya creía que lo había visto todo entramos a la sala. 

La sala para variar era también roja. Como se puede apreciar no se mataron mucho en cuanto al diseño y la armonía cromática. Por eso creo que voy a pasar de comentar de qué color eran las butacas y el suelo porque no hay misterio en ello. Después de la inspección rigurosa del entorno por fin nos sentamos en nuestros asientos seleccionados con precisión, muy bien posicionados y con todo nuestro arsenal que podría causar por lo menos la muerte súbita a un diabético. A parte de las palomitas cartón piedra también pillamos una bolsa con lacasitos que no duró ni a los 10 primeros minutos de la película. Ya se sabe, las primeras veces… A dos asientos de distancia había un grupito de 4 tíos con sus bolsa de chuches y sus cervecitas preparados también para la acción. Pero como había un margen considerable entre nosotros y el grupo estábamos regalados.

Se cierran las luces y empieza la ronda de publicidad (hay cosas que no cambian ni en otro país). Pero bueno, es parte de la experiencia. Y cuando ya no se esperaba a nadie más en la sala de golpe aparecen dos pedazos de armarios con pintas raras apestando a tabaco que venían directos hacia nosotros. ¡No podía ser posible!. Cogen los insensibles y se sientan en los dos espacios libres en el medio de la sala. Con un par. Mi novio al ver el panorama movió rápidamente la bolsita con los 4 lacasitos que quedaban hacia mi para protegerlos de lo que se avecinaba. Menos mal que yo estaba sentada en la parte libre, pero mi novio pilló de lleno y se quedó totalmente encajonado entre los dos sillones rojos. Pero no se quedó allí la cosa ya que solo sentarse vemos que el que estaba arrimado a él se espachurra en el asiento con las piernas abiertas y saca una botella de cerveza que la enchufa directamente en el agujero que hay en las sillas donde previamente habían reposado parte de nuestro arsenal. Después vemos que la chaquetilla roñosa marrón que llevaba se la echa en las piernas como si de una manta se tratase y acto seguido (para rematar) saca del otro bolsillo del pantalón de pescar que llevaba una bolsa con lo que me pareció que eran regalices y se las tiró encima de la chaqueta a modo de plato para empezar a zampar. Entre nosotros nos miramos aguantándonos la risa nerviosos por lo que acabábamos de ver y con señas intenté decirle de movernos un espacio hacia la izquierda que no había nadie. Pero le daba vergüenza y pasó. 

Habíamos decidido ir a ver una peli ambientada en la segunda guerra mundial que trataba de los experimentos que hacían los nazis a las personas convirtiéndolos en una especie de zombis. ¡Pedazo de argumento! Sí, somos unos frikis lo sabemos. Empieza la película, aunque se puede decir que nosotros ya estábamos viviendo la nuestra propia en primera persona. Una película con momentos de tensión y sustos que fueron acompañados de numerosos ruidos guturales del personaje que estaba sentado al lado nuestro. No sé cómo puede crear tanto moco una persona pero cada 10 min. se escuchaba como se debatía entre la vida y la muerte al aspirar los mocos hacia lo más adentro de su ser. No sé que daba más miedo la peli o él. Cada vez que lo escuchábamos no podíamos estar de girarnos y mirarnos de reojo entre nosotros con cara de circunstancia. A parte, cada vez que cogía la cerveza parecía que iba a rozar a mi novio. Vaya cuadro. El pobre no se podía arrimar más a mi y acabó la película con un dolor mortal de espalda de la postura rara en la que había acabado evitando cualquier posible roce de la bestia.

Al fin termina (1:45h de sufrimiento + los anuncios) y se van de una P*TA vez. Mi novio, enfadado porque no había podido disfrutar de su momento cine y solo pensaba en ir para casa. Pero como buenos espectadores nos esperamos hasta el final a ver si hacían alguna escena extra. Mientras tanto nos pusimos a comentar los best moments de la película. 

Yo: 

- Wow y ese momento que aparece el tío transformado ¡Menuda bestia! ¡Ha sido lo mejor!

Él: 

- Bueno eso no ha sido nada. Para bestia la que tenía yo al lado. ¡Todo el rato rugiendo! (y se pone a imitar) 

Estaba súper rayado y no era para menos porque la situación parecía una cámara oculta. Pero en mi defensa diré que todo esto se podría haber prevenido si hubiésemos cambiado de asiento pero quiero recalcar que: ¡ÉL NO QUISO!. Así que … 

Cuando salimos dirección al coche serían las 23:30h y si antes ya daba cague el parking en ese momento con la sugestión de la película era mortal. Además para darle un punto más siniestro nos dio por empezar a imitar los ruidos de la bestia de camino al coche. Casi nos ahogamos. Al darnos mal rollo por si por error la habíamos invocado pusimos el turbo hacia el coche. ¡Qué idiotas! Una vez dentro bloquee las puertas. ¡Porque nunca se sabe! Y finalmente aliviados y poniendo punto y final a nuestra primera vez en el cine pusimos rumbo de vuelta a casa libres de zombies y bestias. 


THE END


-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.--.


(Si queréis ver fotos inéditas y tener más info sobre el blog seguir a la nueva cuenta de Instagram  : mepiroaholandaa )

Comentarios

Unknown ha dicho que…
Buenísimo!!!

Entradas populares